jueves, 14 de enero de 2010

FERNANDO LUGO, LA NULA CREDIBILIDAD DEL CURA CON HIJOS




Escrito por Luis Agüero Wagner
luisaguerowagner.zoomblog.com/


Honestidad y credibilidad son la misma cosa (Antonio Barrena)

Dicen que el no comulgar con las propias ideas en perder la propia credibilidad, y tal parece ser el fenómeno que se manifiesta con el cura con hijos y presidente de Paraguay, Fernando Lugo.
Víctima de un autismo político sin ejemplar, el cura con hijos sigue intentando representar su rol en el circo de los manipuladores obscenos de la simbología religiosa en la política, fingiendo no saber el grave daño que ha causado a la investidura presidencial del Paraguay con su escandalosa inconducta y sus bochornos.
Bastan unas pocas notas al respecto aparecidas en la prensa internacional para dimensionarlo.

MENOS CREÍBLES QUE LUGO

Hace unos meses el equipo de fútbol argentino River Plate disputó un partido de fútbol en Asunción, que le costó su eliminación de la Copa Libertadores de América, uno de los eventos deportivos màs importantes del subcontinente. Los aficionados al club argentino no se creyeron la actitud de los deportistas de su equipo, quienes con la cabeza gacha aparentaban congoja por el revés, y no encontraron mejor encabezado para una nota al respecto que el titular “Menos creíbles que Lugo”, en alusión a nuestro héroe el cura con hijos. Ver:

http://www.riverplate.com/news/3218-menos-creibles-que-lugo.html

La ironía futbolera es elocuente, y mayores explicaciones del alcance del paralelismo estarían demàs.

UNA IMAGEN OBSCENA

“ A mi edad y con todo lo que he visto y oído en mi vida, pensaba que ya no iba a escandalizarme por nada. Pero como dice James Bond: “Nunca digas nunca”. He encontrado en Internet una imagen que me ha escandalizado por obscena. Se trata de una fotografía en la que aparece un hombre en traje de baño, semisumergido en un jacuzzi. Por el lado izquierdo, aparece la mano de una mujer que le ofrece una fuente con empanaditas y croquetas. El hombre estira una mano para servirse”
El párrafo pertenece a un artículo publicado por el escritor Jesús Ruiz Nestosa, paraguayo residente en España, en alusión a una indecorosa fotografía de Fernando Lugo desnudo en su jacuzzi, publicada meses atrás en la prensa internacional. Las palabras del escritor son categóricas con respecto a este papelón:“Cuando fue investido presidente de la República, se presentó vistiendo sandalias, pantalón negro y una camisa blanca de cuello abierto, sin corbata, fuera del pantalón, como muestra de la humildad y pobreza con que gobernaría. Olvidaba que en ese momento simbólico estaba recibiendo los signos de la dignidad más alta a la que puede aspirar todo ciudadano de la República. Nos estaba faltando el respeto a todos y estaba faltando el respeto a nuestras instituciones democráticas”.

LOS TESTÍCULOS DE FERNANDO LUGO

A Fernando Lugo no pareció importarle en su momento la suerte de esas dos mujeres y de sus hijos. No sólo no reconoció su paternidad, sino que la ocultó y ni siquiera les pasaba dinero o ayuda a las madres.

Al ahora presidente de Paraguay no pareció importarle demasiado que esas dos mujeres, casi niñas, criaran solas a sus hijos, ni le importó tampoco que esos niños crecieran en la miseria.

Mientras, él seguía hablando de igualdad y de justicia.

El lapidario párrafo describe con crudeza la duda que asalta a la gran mayoría de quienes siguieron al “fenómeno político” Fernando Lugo.
¿Podría hacerse responsable de los destinos de un pueblo quien ni siquiera pudo hacerse responsable de sus hijos?
¿Podría profesar algún respecto hacia las instituciones quien no respetó a la más antigua, extendida y sacralizada por sus integrantes, como la iglesia católica?

LA DUDA METÓDICA

Quienes siempre dudamos de la honorabilidad de un cura manipulador, que utilizaba la simbología religiosa para trascender políticamente, en ancas del pensamiento mágico, el machismo y la tradición autoritaria de un pueblo iletrado, hoy más que nunca estamos orgullosos de haber expresado nuestras reservas con respecto a este personaje. Como lo expresó Alfred Tenson: Hay más fe en una honrada duda, creedme, que en la mitad de las creencias.

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